* Personal de contrato impide el acceso a personas con indumentaria totonaca
* Son solapados por el director, Olaf Jaime Riveron, quién permite la devastación de vestigios
Por Eleazar Martínez
Papantla, Ver.- Argumentando un reglamento de acceso, personal de contrato del nuevo sindicato "patito", conformado por familiares y recomendados de los hermanos Leodegario y Alejandro Santes García, con los que en contubernio con el director Olaf Jaime Riveron, han desplazado a los custodios del INAH, para resguardar la entrada a la zona arqueológica El Tajín, impidió la entrada a una mujer que portaba la indumentaria totonaca.
En forma prepotente, como se caracterizan dichos empleados de contrato, que se sienten protegidos por los hermanos Leodegario y Alejandro Santes García, el primero asistente administrativo y el segundo programador de nómina, por parte del INAH, quienes manejan a su antojo al director OLAF Jaime Riveron, este sujeto la obligó a dejar la indumentaria a resguardo para poder ingresar al centro ceremonial totonaco.
Los hechos ocurrieron la mañana del domingo 13 de octubre, día de acceso libre a la zona arqueológica, excepto para visitantes extranjeros, cuando uno de los custodios de contrato del área de ingreso, identificado posteriormente como Arturo González Napoleón, obligó a la joven a dejar su vestimenta en la taquilla.
Al cuestionarle los motivos, el empleado argumentó un reglamento de acceso, el cual es inexistente en la legislación en materia, por lo que incurrió en un acto de discriminación, cabe señalar que dichos trabajadores de contrato, hijos, sobrinos y familiares políticos de Leodegario y Alejandro Santes García, entre estos Mirna Santes Hernández, Alejandro Santes, Nenita Santes, ésta última encargada de los sanitarios, que es otro negociazo para el director Olaf Jaime, por los que cobra el servicio, cuando estos debieran ser gratuitos, al igual que el cobro de la taquilla, también controlan el módulo de ingreso, desplazando de todas esas áreas a los custodios sindicalizados por parte del INAH.
De acuerdo con testigos, para poder ingresar, el empleado de contrato, le pedía a dicha persona, que se dirigieran a la administración, la cual se encontraba vacía, ya que regularmente trabajan cuando quieren y ni siquiera la nueva administradora Gabriela Heredia Navarrete, ha podido poner orden.
Nadie pudo atender la queja de la afectada por dicho sujeto que al igual que el resto de los trabajadores de contrato que han confirmado el nuevo sindicato "patito", ya que ni Olaf Jaime Riveron, encargado de despacho de la zona arqueológica, ni la administradora, Gabriela Heredia Navarrete, se encontraban en el lugar; no obstante hicieron esperar más de una hora a a la agraviada que por cierto se encuentra embarazada.
Luego de la espera, la joven accedió a dejar las prendas en taquilla y al intentar ingresar de nuevo, el guardia con una actitud intimidatorio, la amenazó con desalojarla en caso de que se le encontraran las prendas, por lo que lo que sería un paseo agradable, se convirtió en una pesadilla para la visitante a la zona arqueológica El Tajín, en donde el personal de contrato se comporta de manera agresiva con las personas que acuden al lugar.
Está por demás señalar que al respecto, existen múltiples quejas en contra del personal de contrato que se encuentra resguardando el acceso a la Zona por la forma en que se dirigen a los visitantes y aunque existen las denuncias por parte de los trabajadores sindicalizados, al ser empleados de confianza del encargado Olaf Jaime Riveron, gozan de impunidad ya que son hijos, sobrinos y familiares de los hermanos Leodegario y Alejandro Santes García, trabajadores del INAH, en el área administrativa, los que hacen y deshacen en la zona arqueológica El Tajín, ya que le cuidan el negocio a Olaf Jaime Riveron, quién también permite la destrucción de vestigios arqueológicos pues se sabe protegido del director general del INAH, Diego Prieto Hernández.
Mientras tanto, estos trabajadores de contrato actúan con total impunidad e impiden el acceso a quienes portan la indumentaria totonaca e incluso a los propios medios de comunicación, basta recordar que en agosto pasado, el encargado, Olaf Jaime Riveron, permitió durante más de un mes trabajos de desmonte y despalme de un cerro por parte de un particular, dentro de la poligonal de protección en dónde se destruyeron vestigios arqueológicos.
A la fecha, la devastación de más de veinte hectáreas, en las que se encontraban vestigios arqueológicos, continua en la impunidad a pesar de las denuncias hechas por trabajadores del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura, que han hecho en repetidas ocasiones las omisiones de parte de los directivos del INAH para cumplir con la custodia, protección y mantenimiento de El Tajín, no han sido escuchados y ahora hasta permiten que el nuevo sindicato "patito", haga de las suyas y lo que es peor, que cometan en abusos con los visitantes.
